
Para una vida tranquila
Destina, cada día, quince minutos a la relajación física; y luego, permanece en silencio otros quince minutos. Con estas prácticas diarias de distención muscular y descanso mental en el silencio, podrás las bases a una vida serena y productiva. La placidez apacible que logras le cierra la entrada de tu alma a la ansiedad, pues ésta provoca la secreción de adrenalina que sobreexcita tu sistema nervioso. Haz una buena inversión de tu tiempo, serenándote, para vivir en calma y pensar vigorosamente y acertar en tus determinaciones.
Si buscas la fuera de tu corazón no la encontrarás en ninguna parte.
Tiberio Lopez Fernandez
*Tomado del libro “366 maravillosas motivaciones”